Tuesday, September 28, 2010

La real academia define la palabra imposible
como algo que no tiene facultad ni medios
para llegar a ser o suceder,
y define improbable como algo inverosímil,
que no se funda en una razón prudente.
Puesto a escoger, yo prefiero la improbabilidad a la imposibilidad,
como todo el mundo, supongo.
La improbabilidad duele menos
y deja cabida a la esperanza, a las épicas.
Que David ganara a Goliath era improbable, pero sucedió.
Un afroamericano habitando la casa blanca era improbable, pero sucedió.
Que Hitler fuera derrotado era improbable, pero también sucedió.
España derrotando a Holanda en una final de copa mundial,
la periodista convertida en princesa...
El amor, las relaciones, los sentimientos,
no se fundan en una razón prudente,
por eso no me gusta hablar de amores imposibles,
sino de amores improbables,
por que lo improbable es por definición probable.
Lo que es casi seguro que no pase puede pasar,
y mientras exista una posibilidad,
media posibilidad entre un billón de que pase…
Vale la pena intentarlo.

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